jueves, diciembre 27

Somos sangre, somos billete

Postura personal de por qué fracasó la que sería la película más taquillera del cine peruano

POR: JUAN CARLOS MARTÍNEZ

Los primeros cinco minutos de La gran sangre son de los mejores del cine peruano, el resto es de lo peor. ¿Por qué fracasó La gran sangre? Según su productor, o sea Jaime Carvajal, o sea JC Films, o sea el patín del billete, entre otras razones, el mal guión y sobre todo el mal final desalentaron al espectador. Claro, el productor nunca tiene la culpa.

Si el guionista fuera tan malo la serie de TV también fracasaría, y eso no fue así. En realidad, se sobredimensionó la película. Es decir, al estilo de los empresarios que sólo quieren billete, nos engañaron con la publicidad. Nos dijeron que tendría grandes escenas de acción y nos mostraron dibujitos; nos presentaron chicas lindas pero no hubieron escenas candentes. Se buscaron formulitas de éxito sin éxito.

Y es que el cine es más arte que industria, pues. Una buena inversión no asegura un buen negocio. ¡El cine es sangre! Por eso los primeros cinco minutos son muy buenos, se nota la vena del director, pero el resto es una película que busca desesperadamente ser de acción con poco presupuesto y los efectos son, más que ridículos, deprimentes.

Después del fracaso comercial del film Jaime Carvajal ha anunciado que no invertirá en nuevas películas hasta no recuperar lo perdido, y la dupla Carmona–Miyashiro ya no trabajará junta por lo menos en los próximos años.


RÓMPETE EL OJO


Los primeros tres minutos de la pela

jueves, octubre 18

xxx... Los 25 años del cine porno

POR: JUAN CARLOS MARTÍNEZ


"- Aah, aah... aah"
Seka en Inside Seka, 1980

Hace exactamente 25 años que se filmó y estrenó en Estados Unidos Garganta profunda (Deep throat, Gerard Damiano, 1972), una de las películas más audaces y provocativas del cine. La película, catalogada con todo derecho como pornográfica, causó una revolución, ya que hasta ese momento solo se veían en las salas comerciales algunos filmes en donde los actores simulaban fornicar. En Garganta profunda, el acto sexual se presentaba «a calzón quitado».

No fue una película aislada. Es más, muchos otros directores comenzaron a hacer lo mismo por una razón más que importante: era rentable. Ante la proliferación de estas películas, y a fin de no dañar la susceptibilidad del público, se procedió a clasificarlas, diferenciando aquéllas en las que se simulaba la relación sexual (llamadas softcore), de los filmes en donde los actores lo hacían de a de veras (llamadas hardcore). De igual modo, se procedió a una clasificación de los consumidores: a los de soft se les llamó espectadores pornos y a los de hard, aguantados. Posteriormente, el soft fue absorbido por el cine erótico y el hardcore adoptó el nombre de cine pornográfico, que es como la conocemos ahora.

El director de Garganta profunda fue Gerard Damiano, un inmigrante italiano que es considerado con justa razón el padre del cine pornográfico, no solo porque realizó esta película, sino porque dentro de su filmografía se pueden encontrar verdaderos clásicos que ahora son filmes de culto. Ahí está por ejemplo El diablo en el cuerpo de la señorita Jones (The devil in miss Jones, Gerard Damiano, 1973), de la que se ha hecho hasta una quinta versión; una película que muestra la postura filosófica acerca del vivir: la vida no solo es sufrimiento, sino que hay que pecar con gusto porque al final Dios te va a perdonar. Damiano también filma Memorias con la señorita Aggie (Memories within Miss Aggie, Gerard Damiano, 1974), que no fue muy bien recibida debido a la escasez de escenas de sexo.

Aunque le duela a algunos críticos, el porno es un género que tiene su historia y sus propios planteamientos visuales y argumentales. Hace algunos años, nadie se atrevía a escribir sobre estas películas, a menos que se trataran de condenatorias o insultos. Ahora se han escrito libros completos sobre el género, e incluso algunos de ellos se pueden conseguir en Lima.

El planteamiento visual del cine porno es muy parecido al del documental científico: una cámara que quiere captar todo el proceso de la relación sexual con muchos primeros planos (llamados medical shots). Muestra el rostro excitado, el cuerpo, la penetración y la eyaculación (que por cierto, nunca se realiza en la vagina, ya que no se vería).

Los argumentos por lo general son simples: una persona o una pareja infeliz conoce a otras personas, y empiezan a tirar una con otra, hasta que finalizan en una orgía gigantesca, en donde todos los que intervinieron en el film comparten sus deseos sexuales. Incluso, en algunas películas, el mismo director y sus técnicos entran al ruedo.

En los inicios del cine porno (aproximadamente hacia 1910), las mujeres que participaban en estos filmes eran regordetas, toscas y feas, parecidas a algunas de las putas baratas de 10 lucas que encontramos en el centro. Ahora, son mujeres muy atractivas y de buen cuerpo.

En el Perú también se produce pornografía, pero se trabaja en vídeo debido a su bajo costo. Se producen más vídeos gays que heterosexuales. Estos últimos los puedes conseguir (o los podías), en Emancipación y Polvos Azules. Las primeras, en algún vídeo rent especializado. Como son caletas, algunos se promocionan con fotos de la filmación. Por lo general, los actores salen encapuchados o usando anteojos negros, pero según los consumidores porno que han visto estos vídeos peruanos, «no pasa nada, las tipas cachan mal, son gordas y no se ve ni mierda».

Ya son 25 años de la aparición comercial de este género cinematográfico. 25 años y ya está en su vejez. Se hace poco cine debido al auge del vídeo y a la posibilidad que brinda de recuperar la inversión. Sin embargo, el paso al vídeo trae consigo un mayor descuido visual y un argumento cada vez más inexistente. Es como si estuviéramos ante un trabajo de aficionados.

Sería injusto terminar este artículo sin nombrar a los personajes que consolidaron la industria del porno: los hermanos Mitchell, Linda Lovelace, Georgina Spelvin, Marylin Chambers, John Holmes, la Cicciolina, John Leslie, entre otros. La mayoría de ellos murieron alcohólicos, drogadictos o victimados por el Sida. Lo cierto es que accedieron a una cantidad de público que muchos actores o directores quisieran tener.



CLÁSICO DE CLÁSICOS

Deep throat (Garganta profunda)
Director: Gerard Damiano, 1972
Actores: Linda Lovelace, Dolly Sharp y Harry Reems, entre otros.


Linda tiene una gran frustración: nunca ha tenido placer sexual en sus relaciones, a pesar de que Helen, su mejor amiga, le consigue hombres por doquier. Ante esta preocupación, Linda recurre al doctor Young, quien descrubre que su clítoris se encuentra en la garganta. El resto de la historia es obvia.
El equipo de rodaje, conformado por diez personas, filmó esta película en seis días, con un costo de 20 mil dólares.




FILMOGRAFÍA BÁSICA
Las películas que no pueden faltar en cualquier videoteca decente:


Devil in miss Jones
(Gerard Damiano, 1972)




Behind the green door
(Artie Mitchell y Jim Mitchell, 1972)




Flesh Gordon
(Howard Ziehm y Michael Benveniste, 1974)




Alice in wonderland
(Bud Townsend, 1976)




Debbie does Dallas
(Jim Clark, 1978)




Taboo
(Kirdy Stevens, 1980)




Cafe flesh
(Rinse Dream, 1982)

Éxtasis coyuntural

POR: CÉSAR PITA DUEÑAS


"Jarra de sangría con compañía: 20 soles". Extraño cartel colgado en la roja pared del bar Éxtasis, ubicado en el jirón Quilca, otrora refugio de intelectuales nocturnos, bohemios disfrazados y mañosos carretones. Pero esa noche, el inconfundible tarifario no ocupaba su sitial de honor.

"Oye, hermanito, ¿qué grupo está tocando?". El inconfundible olor de extraños brebajes mezclados al azar con una dosis de mal aliento natural llegó hasta mi rostro. Acostumbrado a estos inconvenientes respondí: "No sé, loquito. Creo que es un grupo nuevo". "Pues no pasa nada, hermano", me dijo a la par que se reunía con su gente.

Esa noche, la gente del Condorock se había adueñado del local, y a pesar de que el respetable celebraba los punzantes riff de guitarra y el calculado slapping del bajo con el desenfreno del pogo, los buscadores de experiencias límite resintieron la pérdida de esa cualidad de hueco marginal y claustrofóbico propio del local de marras. Y es que Éxtasis nació con el estigma de lo prohibido. Después de hora, los parroquianos se ligan a cuanta habitanta haya diseminada en el lugar. A mitad de camino entre las mesas y el baño está el bar. Frente a él, y pese a la oscuridad, se observa un amplio espacio en el que los más avezados las sacan a bailar algún bolero cantinero o alguna salsa sabrosona.

Encubiertas por las sombras se deslizan las verdaderas dueñas del local que dejan en claro cuáles son sus funciones con una cruzada de piernas más que impostada o una sonrisa que evidencia alguna caries mal curada o alguna cavidad antiestética.

Pero lo más curioso de todo es esa mezcla de intelectualidad urbana y ruquerío pecaminoso que impregna el lugar. Afiches que hacen mención de conciertos, obras de teatro, publicaciones literarias y otras actividades culturosas, comparten espacio con pósters de Lita Ford y el emblemático cartel que mencionamos al principio. Ecos de la nueva modernidad que se vive en el Centro de Lima.

CODA: Qué pena. Salí un poco decepcionado por el cambio de ambiente, pero a la vez satisfecho de la recarga visceral que había experimentado con la música. Mejor vuelvo otro día. Total, con 20 lucas es suficiente. Aunque para llegar al éxtasis, hay que pagar otro precio.

RECUADRO PUBLICADO EN APÉNDICE DE BORK 4 (mayo de 1999): Nos jode que el Bar Éxtasis, uno de los lugares claves en la historia del Apéndice de Bork, haya cerrado sus puertas. La recesión no perdona. Es lo que suponemos que pasó. Ahora hay más trabajadoras en la calle. El Éxtasis fue la placenta del Apéndice.

Henry Miller: el cerdo y la nada

POR: JAIME RODRÍGUEZ

"No es difícil estar solo si eres pobre y fracasado. Un artista siempre está solo... si es un artista. El artista, así me llamo. Así sea. Una magnífica siesta que me ha puesto terciopelo entre las venas esta tarde".
Henry Miller


El automarginado es ante todo un egoísta. Es una de las personalidades más soberbias y más solitarias que existen. Se complace en el deseo, o mejor dicho, en desear, ya que está seguro de que nunca alcanzará sus fines. La contemplación, y luego la acción, el deseo se traduce en experiencia. El resto es previsible. Convidados estamos a la profanación de los lugares santos, a la consecución del instinto, preside el honorable Henry Miller.

Conoces al viejo. Vivió en el París de los '30. Escribió Trópico de cáncer, la novela que siempre quisiste leer pero no quiso tu abuelita, o la constitución política del perú o una de esas cosas. Te habrán contado que era un tipo obsceno, vulgar. ¿Es un marginal, un tipo particular de militante? Y claro, podrías decirme que no te venga con esos arcaísmos de marginalidad o militancia que suenan a lucha generacional nuevaolera. Pero... vamos. Confiesa que tú también te diste tu encerrona en la oscura habitación que llamas "tu punto de vista". Conoces a Henry. Le gustaba hacer observaciones casi ginecológicas sobre el sexo femenino, manejar su bicicleta o ver películas de Buñuel. Habrás escuchado por ahí que nadie escribió tanto sobre sí mismo, pero no te confíes. Pretender identificarlo con el "yo" de sus novelas es olvidar que toda obra artística necesita un autor, y un autor es un intelecto, una voluntad creadora y organizadora que puede usar como material la propia vida para algo que, sin embargo, nunca será la vida.

El desarraigo precede a toda creación monumental. Pero sucede que el desarraigado siente en su constante lucha por aproximarse a sí mismo el deseo irrefrenable de experimentar otras culturas, otros lenguajes. La experiencia es a un espíritu contemplativo lo que las pulsaciones en la cuerda de una guitarra: de ella podemos esperar una dulce melodía o una ópera salvaje. La vida después de la guerra, la vida esperando la guerra, y Henry ahí con sus cinco dólares en el bolsillo y millones de cartas vomitadas por unas manos incansables.

Sus novelas son el relato de su reencuentro festivo con el cosmos. El cuerpo es la representación de lo divino, y lo divino merece profanarse. Los dioses están de juerga. Es el ciclo de la vida y de la muerte, la constante regeneración fluctuante entre los trópicos... nada mal para un hijo de sastre que creció en el New York pre-metropolitano.

¿El factor Freud? ¿Que eres un abanderado de la causa y el efecto? La verborragia de sus obras acaso pueda entenderse como catarsis o una especie de terapia megalomaníaca. Ciorán dice: "quien vive en el espanto, acaba en la ferocidad". ¿Puedes ver al pequeño Henry correteando entre los casi tugurizados barrios irlandeses de Brooklyn? ¿Al adolescente ayudante de sastre, al joven jefe de personal de la oficina de telégrafos debatiéndose en una Pesadilla de Aire Acondicionado, toda la emprendedora y progresista sociedad norteamericana sacudiendo sus depresiones y traumas?

Así que bienvenido al medioevo. Cazar o morir. Matemos a sus niños y violemos a sus mujeres... siempre nos quedará París. Allí llegó en 1931, solo, aunque luego June, esa lobezna, se reuniría con él para completar la fiesta. Y la fiesta la hicieron en grande: June, Anaís Nin y una caterva de ebrios, poetas, pintores, fotógrafos y similares, como muchos que yo conozco y tú también. Era lo que le gustaba. Asumió la literatura como un compromiso: yo creo-tú lees. Ambos sabemos que se trata de una joda, de una lucha implacable contra el hastío. No hay obscenidad en eso.

O quizás sí hay una obscenidad total. La peor de todas. La que nos enfrenta a la verdad de nuestro orígen: el instante en que lo divino y lo corpóreo son una sola existencia, un canto liberador. Henry, estamos cantando.


BIBLIOGRAFÍA

Pocos autores son tan prolíficos como Henry Miller. De su vasta bibliografía, hemos extraído diez títulos claves, para ustedes, público culto y sensible. Que la noche os sea propicia...
  • The Cosmological Eye (1939)
  • Tropic of Cancer (1940)
  • The Air-Conditioned Nightmare (1945)
  • Tropic of Capricorn (1945)
  • Black Spring (1945)
  • Sexus (1949)
  • Plexus (1956)
  • Pornography and Obscenity (1958)
  • Nexus (1960)
  • Henry Miller: Letters to Anaís Nin (1965)

RÓMPETE EL OJO

Henry Miller en Nueva York




Monólogo de Henry Miller en el baño

jueves, septiembre 20

Mentalidad televisiva: las series que no volveremos a ver

POR: CÉSAR PITA DUEÑAS

Las amábamos. Sentados frente a la televisión esperábamos uno, dos, siete días hasta que volvieran a pasar un capítulo más de nuestra serie favorita. Nos orinábamos de risa o nos cagábamos de miedo o alucinábamos de lo lindo o moqueábamos como Magdalenas. El racimo de nuestras emociones desgranándose perfectamente. Y de pronto, esa misma caja boba moría para nosotros cuando, por un motivo u otro, nuestra serie favorita era reemplazada por un esperpento innombrable. ¡Y en lo más emocionante de la temporada! O peor aún, eran canceladas en gringolandia por bajo rating o por no colmar las expectativas de las grandes cadenas. Desde que la tele existe muchas series han abandonado las pantallas para nunca más volver a pisar la señal electrónica. Y nosotros, mudos testigos de ese olvido –hasta ahora– hemos decidido hacer justicia con algunas de ellas, las inolvidables, las que nos marcaron en una determinada época, las que, a pesar de que han sido relegadas, recordamos con excitación de vez en cuando, aunque con la certeza de que no volveremos a verlas. Broadcasters de mierda.


Thriller (Thriller)
Reino Unido, 1973-1976.
43 episodios, tres temporadas.


En plena fiebre del Thriller de Michael Jackson (cuando aún era negro y en la pantalla bicolor de nuestras teles ochenteras parecía más una mancha que un blanco al cuchillo), el bisoño canal 2 se mandó con una serie homónima del éxito musical del momento. Pero no se trataba del artilugio comercial de algún advenedizo productor que aguardaba una esquirla de la bomba que lanzó el rey del pop. Esta serie fue británica y es más antigua que nuestra fecha de nacimiento (ya no nos sentimos tan viejos). Brian Clemens creó Thriller, una serie inspirada en hits como Dimensión desconocida y Un paso al más allá. Historias de crimen y misterio que retrataban más la psique humana que la fenomenología de lo fantástico. En nuestro país la estrenaron alrededor de 1984, los domingos después de Noches de superestreno. Solo la música de inicio ponía la piel de gallina. Auspiciaba fotocopiadoras Mita y su comercial se transmitía instantes antes de que empiece la serie. Por simple asociación de ideas la propaganda también daba mello.

Posibilidades de volver a verla en la tele: ninguna.
¿Y en DVD?: No existe la serie en USA, pero en el Reino Unido ha salido la primera temporada.






Lo increíble (Kolchak: The Night Stalker)
Estados Unidos, 1974-1975.
20 episodios, dos películas para televisión, una temporada.


Cualquier fanático de The X-Files que se precie sabe quién es Carl Kolchak, aquel periodista que se involucraba sin querer queriendo en una serie de situaciones paranormales. Momias, vampiros, hombres lobo, monstruos y fantasmas. La serie inició con buen pié: una película para televisión llamada The night stalker que batió récords de sintonía en 1974. Pero surgieron problemas entre Darren McGavin (el protagonista) y los productores. El actor daba más importancia al tratamiento divertido e irónico en desmedro de la atmósfera de terror. Tras una temporada con altibajos creativos, la serie se canceló. En aquella época un chibolo llamado Chris Carter se enchufó con Kolchak. Años más tarde, Carter crearía The X-Files, inspirado en esta serie. Darren McGavin participó en algunos capítulos de X-Files, a pesar de criticar siempre su falta de humor. Será por eso que en The unnatural, su personaje fue reemplazado por M. Emmet Walsh. ¿Venganza?

Posibilidades de volver a verla en la tele: el éxito de X-Files debería haber motivado a canal 2 para que volviera a transmitir Lo increíble, pero no pasó nada.
¿Y en DVD?: existe la versión en DVD de los dos telefilms y la serie completa en un solo pack. Vienen subtituladas en castellano.




Dos locas familias (Soap)
Estados Unidos, 1977-1981.
85 episodios, cuatro temporadas.

Toda una joyita. Por primera vez, los gringos tenían ante sí un producto absolutamente transgresor: un cura seducido por una mujer, un homosexual como personaje principal, un mayordomo negro que era la ironía en persona, asesinato, adulterio y burla. La censura rondó por ahí, los comentarios de la prensa fueron negativos y se condenó el fuerte contenido sexual (no era para tanto) de la serie. ¡Eran los setenta! Susan Harris creó Soap y se ganó problemas. La Iglesia Católica y los sectores más conservadores protestaron. Hasta la comunidad gay se quejó. El extraordinario casting incluyó a Katherine Helmond, la popular Mona de ¿Quién manda a quién?, y a Billy Cristal en el papel de Jodie Dallas, el gay. Tras cuatro años el show fue cancelado ¡dejando situaciones colgadas! O sea que jamás terminó. Sorprendentemente, la serie fue transmitida hace unos años por canal 2 los domingos en la noche y luego la quitaron dejándonos con los crespos hechos.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: han salido las cuatro temporadas, pero están en inglés y sin subtítulos.




Quark (Quark)
Estados Unidos, 1978.
8 episodios, una temporada.

En el mundo deben existir 20 personas que aún se acuerden de Quark. Por años, la televisión norteamericana no apostó por la ciencia ficción ni el terror porque cada proyecto era un fracaso. Hasta que en 1977, Star Wars se convirtió en un fenómeno cultural y revitalizó el género fantástico. Y nació Quark, una comedia bizarra acerca de las aventureras de una tripulación alucinante a bordo de un basurero espacial. Los personajes disparatos: Adam Quark, el capitán de la nave; las gemelas clonadas Betty I y Betty II; Ficus, científico mitad hombre, mitad planta; Andy, un robot miedoso diseñado al estilo de Perdidos en el espacio; y Gene/Jean, un hermafrodita muy macho que cuando tenía que soltar puño limpio le salía lo campanita. A pesar de las buenas críticas, de los guiones inteligentes y de las situaciones jocosas, la serie no empató. La mujer maravilla y El show de los Osmonds, la competencia de ese tiempo en la televisión made in USA, sepultaron la serie. Lo peor de todo es que tan solo se emitieron ocho episodios, ni uno más. En nuestro país, canal 9 transmitió Quark los sábados en la tarde durante sus primeros años, aunque nadie se acuerda de ella. Lástima.

Posibilidades de volver a verla en la tele: absolutamente nulas.
¿Y en DVD?: menos, aunque en YouTube se pueden encontrar algunos capítulos.





Fonzie (Fonz and the Happy Days Gang)
Estados Unidos, 1980-1981.
24 episodios, dos temporadas.


Durante el inicio de su programación, canal 2 transmitió Fonzie en dibujos animados, inspirado en la exitosa serie Días felices. Fonzie, Ralph, Richie Cunningham y Ondón (el perro de Fonzie) viajan a través del tiempo para regresar a Milwaukee en la nave de Pastelito, una extraterrestre moldeada bajo las características de Joannie, la hermana del pecoso Cunningham en Happy Days. Las voces de los personajes animados estuvieron a cargo de los actores de la serie. Fonzie fue didáctico con sus constantes referencias históricas pero no perdió el humor. De lejos, la estrella era Ondón (en inglés, el nombre del perro era Mr. Cool, más acorde con el argot fonziano), un chusco que copiaba todas las poses, gestos y frases de su dueño con un dejo a lo ñaja ñaja ("Ji jo-ji" significaba "Sí, Fonzie"). Tras dos años al aire en los Estados Unidos, los personajes principales (Ondón y Fonzie) ingresaron a la armada en la serie Laverne and Shirley in the Army, ya sin Ralph ni Richie. El producto se bautizó como Laverne and Shirley with The Fonz (creativos, ¿no?). Esta serie no fue vista en nuestra TV, pero el colmo fue el crossover que hicieron con Mork y Mindy (¿¡?!) y que se llamó The Mork and Mindy\Laverne and Shirley\Fonz Hour. ¡Plop!

Posibilidades de volver a verla en la tele: escasísimas.
¿Y en DVD?: no existe y no hay noticias de su edición.




Los poderes de Matthew Star (The Powers of Matthew Star)
Estados Unidos, 1982-1983.
22 episodios, una temporada.


En el planeta Quadris la turba enardecida tomó el control de la situación y tumbó a su líder. En vista de ello, el joven Matthew Star fue enviado a la Tierra con su mentor Walt Shepard para que madure y tome conciencia de sus poderes. O sea que, mismo Superman, el joven Matthew llegó en su nave espacial, se hizo pasar por un estudiante de intercambio (de otro planeta, vale decir) y poco a poco se dio cuenta que era amo y señor de la telepatía y la telekinesia. A pesar de sus poderes, el protagonista principal de la serie sufrió graves quemaduras debido a un accidente en pleno rodaje. Se supone que el joven Matthews, al alcanzar la madurez, reclamaría el trono su padre. En lugar de eso, fue contratado por el gobierno de los Estados Unidos. Tras una temporada floja, los productores decidieron cancelar la serie. Canal 2 la transmitió aproximadamente en 1985, pero la serie, a medida que se desarrollaba, perdió su encanto inicial para convertirse en otra americanada, a tal punto que, de haberse realizado en nuestra época, hubiéramos visto a Matthew Star transmutando en el Medio Oriente para pelear con los talibanes. Horrible, oye.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: mucho menos.





Las leyendas del Simio de Oro (Tales of the Gold Monkey)
Estados Unidos, 1982-1983.
22 episodios, una temporada.


No es por nada pero parece que Baruch Ivcher hubiera auspiciado el Apéndice de Bork porque, para variar, esta serie también fue transmitida por canal 2 en sus inicios. Inspirada en el espíritu aventurero y romántico de Indiana Jones, de moda a inicios de los ochenta, Las leyendas del simio de oro fue otra serie buena que no logró captar el interés de la audiencia. La historia narra las aventuras del piloto Jake Cutter en el Pacífico Sur poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Los escenarios exóticos, las situaciones de aventura, la atmósfera romántica, el amigo incondicional, la mascota de rigor (un perro tuerto llamado Jack) y unos guiones bien escritos presagiaban que la serie daría para más, pero no fue así. Sin pena ni olvido, Las leyendas del simio de oro culminó después de una temporada. Sin embargo, un grupo de fanáticos ha logrado contactarse con gente de la Universal y han conseguido todos los capítulos de la serie, los han remasterizado y, a pesar de ciertas partes de los créditos cortadas, pueden comprarse en DVD o VHS por Internet. Eso sí que es fanatismo.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: solo la versión medio pirata que existe por Internet, pero no hay ningún lanzamiento oficial.




Degrassi (Degrassi Junior High)
Canadá, 1987-1988.
42 episodios, tres temporadas.


Hablar de Degrassi es hablar de una de las series más entrañables, queridas, exitosas y duraderas de la televisión canadiense. Todo se inició con The Kids of Degrassi Street, en 1978. Hasta 1986, la productora Playing With Time realizó 26 episodios de esta serie con un grupo de jóvenes entusiastas sin experiencia en actuación. Un grupo de ellos formó parte de la siguiente aventura: Degrassi Junior High, que no es una secuela de The Kids of Degrassi Street. La serie, enfocada en la problemática adolescente (drogas, anorexia, iniciación sexual, discriminación, robo, separación de padres y un largo etcétera) fue lo suficientemente atractiva y didáctica como para convertirla en paradigma de la televisión y hacerla acreedora de varios premios Apolo (el Emmy canadiense). En el Perú, la serie se estrenó alrededor de 1988 en Canal 5, con doblaje argentino. Años después fue retransmitida por Canal 2 con un doblaje chileno horroroso que incluía castellanización de nombres (Wheels era Ruedas). Lo bueno de Canal 2 es que pasó todos los capítulos de Degrassi Junior High, de principio a fin. En Canadá, la serie continuó con Degrassi High durante dos años, que ya no se transmitió en el Perú. Después vino un telefilm final, School's out, la serie de documentales Degrassi talks y finalmente, en octubre de 2001, se estrenó Degrassi. The Next Generation, con la participación de algunos actores originales.

Posibilidades de volver a verla en la tele: regulares. Tanto canal 5 como canal 2 tienen la serie.
¿Y en DVD?: se han editado las series completas de The kids of Degrassi street, Degrassi Junior High (que incluye todos los documentales de Degrassi talks), Degrassi High (que incluye School's out) y las cinco primeras temporadas de Degrassi. The next generation. Lo único malo es que todo está en inglés. Ni modo.





TV 101 (TV 101)
Estados Unidos, 1988-1989.
17 episodios (4 nunca salieron al aire), una temporada.


Gracias a esta serie, transmitida en canal 5 los sábados a la 1.00 de la tarde, algunos decidimos estudiar Comunicación. La historia gira en torno a Kevin Keegan, profesor de periodismo y televisión en el Roosevelt High recién divorciado que, debido a su conducta un tanto extremista, salió con roche y regresó con honores después de mandar al diablo su anterior chamba. También, por supuesto, se examinan las paltas existenciales de sus alumnos en el curso de TV 101, quienes se encargan de realizar un programa que se transmite una vez a la semana por un canal de cable. Buen desarrollo dramático acerca de la problemática juvenil ya no tan adolescente: embarazos no deseados a escasa edad, primeras relaciones sexuales y problemas con drogas o alcohol. Un casi desconocido Matt Le Blanc hizo sus pinitos en esta serie para luego formar parte del team de Friends y cobrar cheques por millones de dólares. La serie pasó sin pena ni olvido por las pantallas gringas y por las de nuestro país (canal 5). Inclusive cuatro capítulos que estaban filmados nunca salieron al aire. Cosas de la televisión.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: casi ninguna.



Camino a Avonlea (Road to Avonlea)
Canadá, 1989-1996.
91 episodios, una película para televisión, siete temporadas.


Otra exitosa serie canadiense que estuvo durante siete temporadas en la televisión, inspirada en las novelas y escritos de Lucy Maud Montgomery. Los responsables, Kevin Sullivan y Trudy Grant, ya habían saboreado el éxito con la miniserie Anne of Green Gables, vista también en nuestras pantallas y que ha arrancado más de una lágrima. De una ternura sin igual, la miniserie de Sullivan y Grant protagonizada por Megan Follows se convirtió en un éxito. Años después, alumbraron Camino a Avonlea, una gran viñeta que muestra un grupo de personajes conviviendo en la Isla Príncipe Edwards. Inclusive, se dieron maña para incorporar personajes de la miniserie anterior como la mismísima Anne, Gilbert Blake, Marinna Cuthbert o Rachel Lynde. Tras varios años de éxito la serie concluyó situando a los personajes al borde de la Primera Guerra Mundial, pero eso no fue impedimento para que se realicen algunos telefilmes que prolongan la historia de los personajes con los mismos actores de siempre. Esta serie fue transmitida por Canal 5, cambiada de horario como en cinco oportunidades y luego retirada de la programación.

Posibilidades de volver a verla en la tele: regulares.
¿Y en DVD?: Se han editado las primeras cinco temporadas, pero con audio solo en inglés y fracés. Eso sí: cuestan un ojo de la cara.






Parker Lewis (Parker Lewis Can´t Lose)
Estados Unidos, 1990-1993
73 episodios, tres temporadas


En teoría, Parker Lewis no puede perder, pero después de tres temporadas salió con knock out de la televisión de los Estados Unidos. Parecía una típica serie juvenil más en la vena de Salvado por la campana (¡qué horror!). Pero un momentito, ¿y ese encuadre aberrante de dónde salió? El lenguaje audiovisual de Parker Lewis era más que aventurado: era una pastrulada para la época. El uso del sonido y de la imagen se potenciaba al 1000% y hacía pensar que los creadores habían fumado un troncho más de la cuenta al momento de elaborar la serie. Parker Lewis es el chico más popular de la escuela, siempre se sale con la suya y ayuda a sus amigos a superar sus problemas mientras pelea con una hermana insoportable. Su pandilla está conformada por Mikey, guitarrista rockero, nihilista de convicción y romántico perpetuo (aunque suene contradictorio); y Jerry, prototipo del nerd convencional: genio para los cálculos e imbécil para las relaciones interpersonales. Cada capítulo de Parker Lewis fue un placer para el ojo y el oído. La transmitieron en canal 2 en un par de oportunidades.

Posibilidades de volver a verla: regulares.
¿Y en DVD?: al parecer no piensan editarla. Desde el E-Mule pueden descargarse la mayoría de capítulos.




Los gatos samurai (Samurai Pizza Cats)
Francia y Japón, 1991.
52 episodios, una temporada.

La genialidad hecha dibujos animados. Pocas veces un producto descaradamente infantil es también descaradamente adulto. Los gatos samurai, en la mejor tradición del anime japonés, creó situaciones disparatadas y dinámicas visualmente. Pero hubo algo que lo diferenció de pokemones, digimones, dragomones y más mamomes: la sensibilidad bizarra, el gusto por lo absurdo, la desfachatez descarada. Si no, uno no puede explicarse un personaje tan malo llamado El Gran Quesote (en el original es así: The Big Cheese) que siente una atracción casi homosexual por su brazo derecho llamado Pájaro Malo, una especie de Súper Agente 86 emplumado que no atina una (notables las secuencias en las que, sin reparo, El Gran Quesote se pinta los labios de carmesí o mueve su abanico al mejor estilo Locomía). ¿Y qué decir de unos superhéroes llamados Speedy Cebiche, Diego Anchoas y Poly Esther, que trabajan en una pizzería y tienen que salvar al mundo de los disímiles e ineptos monstruos y robots que manda el malo de la historia? Solo un adjetivo: absolutamente desopilante.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: ni idea. Mientras tanto, E-Mule corazón.





La cabeza de Herman (Herman´s Head)
Estados Unidos, 1991-1994.
72 episodios, tres temporadas.

Herman Brooks quiere ser escritor pero, por el momento, tiene que trabajar como redactor en un magazine. Sin embargo, como a cualquier escritor maldito debe sucederle, sus demonios interiores se apoderan de él. Literalmente. Porque La cabeza de Herman era algo así como dos series en una (rasgo esquizofrénico). Por un lado, el Herman exterior. Por el otro, su yo interior en el que batallan los cuatro aspectos de su personalidad: la sensibilidad, el intelecto, la angustia y la lujuria. De más está decir que cuando se junta el intelecto y la lujuria se logran combinaciones increíbles. Los compañeros de Herman son la despampanante Angel (objeto de la lujuria), la feíta Louise (no objeto de la lujuria), el jefe Bracken y su amigo Jay Nichols (interpretado por Hank Azaria, ex de Helen Hunt), un escritor exitoso, playboy, ególatra y que fue huaripolero de la banda de su colegio. La serie fue transmitida en canal 5 un tiempo, por las noches, luego de Matrimonio con hijos en plena época del boom Bundy.

Posibilidades de volver a verla: muy pocas.
¿Y en DVD?: no se oye, padre.





Millennium (Millenium)
Estados Unidos, 1996-1999.
67 episodios, tres temporadas.


Millennium es lo mejor que le ha pasado a la televisión en los últimos años. Debido al éxito inesperado de The X-Files, la Fox pidió a Chris Carter que se hiciera cargo de otro proyecto televisivo. Así nació Millennium, la serie más perfecta e incomprendida de los últimos tiempos. Frank Black es un agente del FBI retirado que puede ver y sentir las emociones de los criminales (“es mi don, es mi maldición”). Él es reclutado por el grupo Millennium, un círculo de consultores en asuntos criminales que, conforme avanza la serie, se convierte en una secta misteriosa cuyo fin es acelerar el último enfrentamiento entre el bien y el mal ante la proximidad del milenio. A pesar de los altos índices de sintonía durante sus primeros capítulos, la sociedad conservadora gringa la condenó. No era para menos. Millennium no se congració con nadie. Violencia explícita y un trasfondo místico en el que la presencia de lo demoníaco se sentía detrás de nuestras espaldas. La música de Mark Snow y la presencia imponente de Lance Henrikssen como Frank Black eran más que suficiente para cortar la respiración. La primera temporada presentó al serial killer de la semana, cada cual más demente y carnicero que el anterior. La segunda temporada (para muchos la mejor lograda en términos artísticos y narrativos) ahondó en los misterios del grupo Millennium y tomó un aire místico. El final de la misma fue magistral. Pero, increíblemente, Fox decidió continuar con la serie por una temporada más. Como nadie se lo esperó, Millennium perdió su cualidad de serie de culto y se transformó en una típica serie policial que poco a poco remontó sin lograr los brillos anteriores. Después de tres años, Millennium se despidió con dignidad. Todos los capítulos de la serie han sido transmitidos por Frecuencia Latina, incluyendo el crossover de The X-Files en el que Frank Black, Mulder y Scully comparten roles protagónicos y ponen fin a la leyenda.

Posibilidades de volver a verla en la tele: regulares.
¿Y en DVD?: Fox ha editado las tres temporadas de Millennium en DVD, con imagen y audio extraordinarios, doblada y con subtítulos. ¿Se puede pedir más? The time is now!!!






El caminante (The Hitchhiker)
Estados Unidos, 1983-1991.
85 episodios, seis temporadas.

El caminante es una de esas series absolutamente extrañas, enigmáticas y surrealistas (o sea, como si te hubieras metido tres tronchos pasados) que de repente llegan a la pantalla chica sin hacer mucha alharaca pero causan un fuerte impacto en quien las vio de casualidad. El canal 9 transmitió esta serie que mostró a un individuo caminando por la carretera desierta con un maletín al hombro mientras pide un aventón a alguna buena alma. De pronto, el caminante (de ahí el título de la serie, ¿ves?) se dirigía a la cámara, soltaba un rollo sobre la oscuridad que se alberga en nosotros y daba paso a la historia de la semana: una trama en la que el horror humano era el principal protagonista en medio de imágenes que iban de lo truculento a lo experimental. Al parecer a la serie no le fue mal en los yunaites porque estuvo al aire por seis temporadas. En Canal 9 solo vimos las primeras dos.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: se han editado las dos primeras temporadas, con subtítulos en español. Ojalá se editen las demás.




CLÁSICO DE CLÁSICOS

La serie rosa
(1986-1990)

Basta de hipocresías. Es muy posible que recuerden tan solo el 10% de todas las series que se han mencionado con anterioridad, pero aquellos que digan no acordarse de La serie rosa están cometiendo pecado de omisión y van a irse al Infierno. Puro softcore en las pacatas pantallas de nuestra televisión transmitida por canal 13 en el ¿inofensivo? horario de las 11.00 de la noche los domingos. Ingenuos. Al día siguiente, lunes, en el colegio, en plena efervescencia adolescente, el tema principal de conversación por las mañanas era... Bueno, era eso. Lejos del contenido erótico (algunos capítulos hubieran podido tener dos de las tres simbólicas X), La serie rosa era una sucesión de historias picarescas basadas aparentemente en clásicos desconocidos de la literatura universal (era para un público culto y sensible). Para hacer honor a la verdad, muchos capítulos eran historias de autores más que desconocidos, aunque de vez en cuando hubo alguna joyita escrita por un Guy de Maupassant con seudónimo. La serie era francoespañola y tuvo entre sus figurantes nada más y nada menos que a una jovencísima Penélope Cruz en su primera actuación, ligera de ropas y de modales. Chúpate esa, Tommy.

Porsibilidades de volver a verla en la tele: ya quisieras.
¿Y en DVD?: Ninguna, pero con un poco de paciencia se pueden obtener algunos capítulos del E-Mule.