jueves, septiembre 20

Mentalidad televisiva: las series que no volveremos a ver

POR: CÉSAR PITA DUEÑAS

Las amábamos. Sentados frente a la televisión esperábamos uno, dos, siete días hasta que volvieran a pasar un capítulo más de nuestra serie favorita. Nos orinábamos de risa o nos cagábamos de miedo o alucinábamos de lo lindo o moqueábamos como Magdalenas. El racimo de nuestras emociones desgranándose perfectamente. Y de pronto, esa misma caja boba moría para nosotros cuando, por un motivo u otro, nuestra serie favorita era reemplazada por un esperpento innombrable. ¡Y en lo más emocionante de la temporada! O peor aún, eran canceladas en gringolandia por bajo rating o por no colmar las expectativas de las grandes cadenas. Desde que la tele existe muchas series han abandonado las pantallas para nunca más volver a pisar la señal electrónica. Y nosotros, mudos testigos de ese olvido –hasta ahora– hemos decidido hacer justicia con algunas de ellas, las inolvidables, las que nos marcaron en una determinada época, las que, a pesar de que han sido relegadas, recordamos con excitación de vez en cuando, aunque con la certeza de que no volveremos a verlas. Broadcasters de mierda.


Thriller (Thriller)
Reino Unido, 1973-1976.
43 episodios, tres temporadas.


En plena fiebre del Thriller de Michael Jackson (cuando aún era negro y en la pantalla bicolor de nuestras teles ochenteras parecía más una mancha que un blanco al cuchillo), el bisoño canal 2 se mandó con una serie homónima del éxito musical del momento. Pero no se trataba del artilugio comercial de algún advenedizo productor que aguardaba una esquirla de la bomba que lanzó el rey del pop. Esta serie fue británica y es más antigua que nuestra fecha de nacimiento (ya no nos sentimos tan viejos). Brian Clemens creó Thriller, una serie inspirada en hits como Dimensión desconocida y Un paso al más allá. Historias de crimen y misterio que retrataban más la psique humana que la fenomenología de lo fantástico. En nuestro país la estrenaron alrededor de 1984, los domingos después de Noches de superestreno. Solo la música de inicio ponía la piel de gallina. Auspiciaba fotocopiadoras Mita y su comercial se transmitía instantes antes de que empiece la serie. Por simple asociación de ideas la propaganda también daba mello.

Posibilidades de volver a verla en la tele: ninguna.
¿Y en DVD?: No existe la serie en USA, pero en el Reino Unido ha salido la primera temporada.






Lo increíble (Kolchak: The Night Stalker)
Estados Unidos, 1974-1975.
20 episodios, dos películas para televisión, una temporada.


Cualquier fanático de The X-Files que se precie sabe quién es Carl Kolchak, aquel periodista que se involucraba sin querer queriendo en una serie de situaciones paranormales. Momias, vampiros, hombres lobo, monstruos y fantasmas. La serie inició con buen pié: una película para televisión llamada The night stalker que batió récords de sintonía en 1974. Pero surgieron problemas entre Darren McGavin (el protagonista) y los productores. El actor daba más importancia al tratamiento divertido e irónico en desmedro de la atmósfera de terror. Tras una temporada con altibajos creativos, la serie se canceló. En aquella época un chibolo llamado Chris Carter se enchufó con Kolchak. Años más tarde, Carter crearía The X-Files, inspirado en esta serie. Darren McGavin participó en algunos capítulos de X-Files, a pesar de criticar siempre su falta de humor. Será por eso que en The unnatural, su personaje fue reemplazado por M. Emmet Walsh. ¿Venganza?

Posibilidades de volver a verla en la tele: el éxito de X-Files debería haber motivado a canal 2 para que volviera a transmitir Lo increíble, pero no pasó nada.
¿Y en DVD?: existe la versión en DVD de los dos telefilms y la serie completa en un solo pack. Vienen subtituladas en castellano.




Dos locas familias (Soap)
Estados Unidos, 1977-1981.
85 episodios, cuatro temporadas.

Toda una joyita. Por primera vez, los gringos tenían ante sí un producto absolutamente transgresor: un cura seducido por una mujer, un homosexual como personaje principal, un mayordomo negro que era la ironía en persona, asesinato, adulterio y burla. La censura rondó por ahí, los comentarios de la prensa fueron negativos y se condenó el fuerte contenido sexual (no era para tanto) de la serie. ¡Eran los setenta! Susan Harris creó Soap y se ganó problemas. La Iglesia Católica y los sectores más conservadores protestaron. Hasta la comunidad gay se quejó. El extraordinario casting incluyó a Katherine Helmond, la popular Mona de ¿Quién manda a quién?, y a Billy Cristal en el papel de Jodie Dallas, el gay. Tras cuatro años el show fue cancelado ¡dejando situaciones colgadas! O sea que jamás terminó. Sorprendentemente, la serie fue transmitida hace unos años por canal 2 los domingos en la noche y luego la quitaron dejándonos con los crespos hechos.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: han salido las cuatro temporadas, pero están en inglés y sin subtítulos.




Quark (Quark)
Estados Unidos, 1978.
8 episodios, una temporada.

En el mundo deben existir 20 personas que aún se acuerden de Quark. Por años, la televisión norteamericana no apostó por la ciencia ficción ni el terror porque cada proyecto era un fracaso. Hasta que en 1977, Star Wars se convirtió en un fenómeno cultural y revitalizó el género fantástico. Y nació Quark, una comedia bizarra acerca de las aventureras de una tripulación alucinante a bordo de un basurero espacial. Los personajes disparatos: Adam Quark, el capitán de la nave; las gemelas clonadas Betty I y Betty II; Ficus, científico mitad hombre, mitad planta; Andy, un robot miedoso diseñado al estilo de Perdidos en el espacio; y Gene/Jean, un hermafrodita muy macho que cuando tenía que soltar puño limpio le salía lo campanita. A pesar de las buenas críticas, de los guiones inteligentes y de las situaciones jocosas, la serie no empató. La mujer maravilla y El show de los Osmonds, la competencia de ese tiempo en la televisión made in USA, sepultaron la serie. Lo peor de todo es que tan solo se emitieron ocho episodios, ni uno más. En nuestro país, canal 9 transmitió Quark los sábados en la tarde durante sus primeros años, aunque nadie se acuerda de ella. Lástima.

Posibilidades de volver a verla en la tele: absolutamente nulas.
¿Y en DVD?: menos, aunque en YouTube se pueden encontrar algunos capítulos.





Fonzie (Fonz and the Happy Days Gang)
Estados Unidos, 1980-1981.
24 episodios, dos temporadas.


Durante el inicio de su programación, canal 2 transmitió Fonzie en dibujos animados, inspirado en la exitosa serie Días felices. Fonzie, Ralph, Richie Cunningham y Ondón (el perro de Fonzie) viajan a través del tiempo para regresar a Milwaukee en la nave de Pastelito, una extraterrestre moldeada bajo las características de Joannie, la hermana del pecoso Cunningham en Happy Days. Las voces de los personajes animados estuvieron a cargo de los actores de la serie. Fonzie fue didáctico con sus constantes referencias históricas pero no perdió el humor. De lejos, la estrella era Ondón (en inglés, el nombre del perro era Mr. Cool, más acorde con el argot fonziano), un chusco que copiaba todas las poses, gestos y frases de su dueño con un dejo a lo ñaja ñaja ("Ji jo-ji" significaba "Sí, Fonzie"). Tras dos años al aire en los Estados Unidos, los personajes principales (Ondón y Fonzie) ingresaron a la armada en la serie Laverne and Shirley in the Army, ya sin Ralph ni Richie. El producto se bautizó como Laverne and Shirley with The Fonz (creativos, ¿no?). Esta serie no fue vista en nuestra TV, pero el colmo fue el crossover que hicieron con Mork y Mindy (¿¡?!) y que se llamó The Mork and Mindy\Laverne and Shirley\Fonz Hour. ¡Plop!

Posibilidades de volver a verla en la tele: escasísimas.
¿Y en DVD?: no existe y no hay noticias de su edición.




Los poderes de Matthew Star (The Powers of Matthew Star)
Estados Unidos, 1982-1983.
22 episodios, una temporada.


En el planeta Quadris la turba enardecida tomó el control de la situación y tumbó a su líder. En vista de ello, el joven Matthew Star fue enviado a la Tierra con su mentor Walt Shepard para que madure y tome conciencia de sus poderes. O sea que, mismo Superman, el joven Matthew llegó en su nave espacial, se hizo pasar por un estudiante de intercambio (de otro planeta, vale decir) y poco a poco se dio cuenta que era amo y señor de la telepatía y la telekinesia. A pesar de sus poderes, el protagonista principal de la serie sufrió graves quemaduras debido a un accidente en pleno rodaje. Se supone que el joven Matthews, al alcanzar la madurez, reclamaría el trono su padre. En lugar de eso, fue contratado por el gobierno de los Estados Unidos. Tras una temporada floja, los productores decidieron cancelar la serie. Canal 2 la transmitió aproximadamente en 1985, pero la serie, a medida que se desarrollaba, perdió su encanto inicial para convertirse en otra americanada, a tal punto que, de haberse realizado en nuestra época, hubiéramos visto a Matthew Star transmutando en el Medio Oriente para pelear con los talibanes. Horrible, oye.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: mucho menos.





Las leyendas del Simio de Oro (Tales of the Gold Monkey)
Estados Unidos, 1982-1983.
22 episodios, una temporada.


No es por nada pero parece que Baruch Ivcher hubiera auspiciado el Apéndice de Bork porque, para variar, esta serie también fue transmitida por canal 2 en sus inicios. Inspirada en el espíritu aventurero y romántico de Indiana Jones, de moda a inicios de los ochenta, Las leyendas del simio de oro fue otra serie buena que no logró captar el interés de la audiencia. La historia narra las aventuras del piloto Jake Cutter en el Pacífico Sur poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Los escenarios exóticos, las situaciones de aventura, la atmósfera romántica, el amigo incondicional, la mascota de rigor (un perro tuerto llamado Jack) y unos guiones bien escritos presagiaban que la serie daría para más, pero no fue así. Sin pena ni olvido, Las leyendas del simio de oro culminó después de una temporada. Sin embargo, un grupo de fanáticos ha logrado contactarse con gente de la Universal y han conseguido todos los capítulos de la serie, los han remasterizado y, a pesar de ciertas partes de los créditos cortadas, pueden comprarse en DVD o VHS por Internet. Eso sí que es fanatismo.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: solo la versión medio pirata que existe por Internet, pero no hay ningún lanzamiento oficial.




Degrassi (Degrassi Junior High)
Canadá, 1987-1988.
42 episodios, tres temporadas.


Hablar de Degrassi es hablar de una de las series más entrañables, queridas, exitosas y duraderas de la televisión canadiense. Todo se inició con The Kids of Degrassi Street, en 1978. Hasta 1986, la productora Playing With Time realizó 26 episodios de esta serie con un grupo de jóvenes entusiastas sin experiencia en actuación. Un grupo de ellos formó parte de la siguiente aventura: Degrassi Junior High, que no es una secuela de The Kids of Degrassi Street. La serie, enfocada en la problemática adolescente (drogas, anorexia, iniciación sexual, discriminación, robo, separación de padres y un largo etcétera) fue lo suficientemente atractiva y didáctica como para convertirla en paradigma de la televisión y hacerla acreedora de varios premios Apolo (el Emmy canadiense). En el Perú, la serie se estrenó alrededor de 1988 en Canal 5, con doblaje argentino. Años después fue retransmitida por Canal 2 con un doblaje chileno horroroso que incluía castellanización de nombres (Wheels era Ruedas). Lo bueno de Canal 2 es que pasó todos los capítulos de Degrassi Junior High, de principio a fin. En Canadá, la serie continuó con Degrassi High durante dos años, que ya no se transmitió en el Perú. Después vino un telefilm final, School's out, la serie de documentales Degrassi talks y finalmente, en octubre de 2001, se estrenó Degrassi. The Next Generation, con la participación de algunos actores originales.

Posibilidades de volver a verla en la tele: regulares. Tanto canal 5 como canal 2 tienen la serie.
¿Y en DVD?: se han editado las series completas de The kids of Degrassi street, Degrassi Junior High (que incluye todos los documentales de Degrassi talks), Degrassi High (que incluye School's out) y las cinco primeras temporadas de Degrassi. The next generation. Lo único malo es que todo está en inglés. Ni modo.





TV 101 (TV 101)
Estados Unidos, 1988-1989.
17 episodios (4 nunca salieron al aire), una temporada.


Gracias a esta serie, transmitida en canal 5 los sábados a la 1.00 de la tarde, algunos decidimos estudiar Comunicación. La historia gira en torno a Kevin Keegan, profesor de periodismo y televisión en el Roosevelt High recién divorciado que, debido a su conducta un tanto extremista, salió con roche y regresó con honores después de mandar al diablo su anterior chamba. También, por supuesto, se examinan las paltas existenciales de sus alumnos en el curso de TV 101, quienes se encargan de realizar un programa que se transmite una vez a la semana por un canal de cable. Buen desarrollo dramático acerca de la problemática juvenil ya no tan adolescente: embarazos no deseados a escasa edad, primeras relaciones sexuales y problemas con drogas o alcohol. Un casi desconocido Matt Le Blanc hizo sus pinitos en esta serie para luego formar parte del team de Friends y cobrar cheques por millones de dólares. La serie pasó sin pena ni olvido por las pantallas gringas y por las de nuestro país (canal 5). Inclusive cuatro capítulos que estaban filmados nunca salieron al aire. Cosas de la televisión.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: casi ninguna.



Camino a Avonlea (Road to Avonlea)
Canadá, 1989-1996.
91 episodios, una película para televisión, siete temporadas.


Otra exitosa serie canadiense que estuvo durante siete temporadas en la televisión, inspirada en las novelas y escritos de Lucy Maud Montgomery. Los responsables, Kevin Sullivan y Trudy Grant, ya habían saboreado el éxito con la miniserie Anne of Green Gables, vista también en nuestras pantallas y que ha arrancado más de una lágrima. De una ternura sin igual, la miniserie de Sullivan y Grant protagonizada por Megan Follows se convirtió en un éxito. Años después, alumbraron Camino a Avonlea, una gran viñeta que muestra un grupo de personajes conviviendo en la Isla Príncipe Edwards. Inclusive, se dieron maña para incorporar personajes de la miniserie anterior como la mismísima Anne, Gilbert Blake, Marinna Cuthbert o Rachel Lynde. Tras varios años de éxito la serie concluyó situando a los personajes al borde de la Primera Guerra Mundial, pero eso no fue impedimento para que se realicen algunos telefilmes que prolongan la historia de los personajes con los mismos actores de siempre. Esta serie fue transmitida por Canal 5, cambiada de horario como en cinco oportunidades y luego retirada de la programación.

Posibilidades de volver a verla en la tele: regulares.
¿Y en DVD?: Se han editado las primeras cinco temporadas, pero con audio solo en inglés y fracés. Eso sí: cuestan un ojo de la cara.






Parker Lewis (Parker Lewis Can´t Lose)
Estados Unidos, 1990-1993
73 episodios, tres temporadas


En teoría, Parker Lewis no puede perder, pero después de tres temporadas salió con knock out de la televisión de los Estados Unidos. Parecía una típica serie juvenil más en la vena de Salvado por la campana (¡qué horror!). Pero un momentito, ¿y ese encuadre aberrante de dónde salió? El lenguaje audiovisual de Parker Lewis era más que aventurado: era una pastrulada para la época. El uso del sonido y de la imagen se potenciaba al 1000% y hacía pensar que los creadores habían fumado un troncho más de la cuenta al momento de elaborar la serie. Parker Lewis es el chico más popular de la escuela, siempre se sale con la suya y ayuda a sus amigos a superar sus problemas mientras pelea con una hermana insoportable. Su pandilla está conformada por Mikey, guitarrista rockero, nihilista de convicción y romántico perpetuo (aunque suene contradictorio); y Jerry, prototipo del nerd convencional: genio para los cálculos e imbécil para las relaciones interpersonales. Cada capítulo de Parker Lewis fue un placer para el ojo y el oído. La transmitieron en canal 2 en un par de oportunidades.

Posibilidades de volver a verla: regulares.
¿Y en DVD?: al parecer no piensan editarla. Desde el E-Mule pueden descargarse la mayoría de capítulos.




Los gatos samurai (Samurai Pizza Cats)
Francia y Japón, 1991.
52 episodios, una temporada.

La genialidad hecha dibujos animados. Pocas veces un producto descaradamente infantil es también descaradamente adulto. Los gatos samurai, en la mejor tradición del anime japonés, creó situaciones disparatadas y dinámicas visualmente. Pero hubo algo que lo diferenció de pokemones, digimones, dragomones y más mamomes: la sensibilidad bizarra, el gusto por lo absurdo, la desfachatez descarada. Si no, uno no puede explicarse un personaje tan malo llamado El Gran Quesote (en el original es así: The Big Cheese) que siente una atracción casi homosexual por su brazo derecho llamado Pájaro Malo, una especie de Súper Agente 86 emplumado que no atina una (notables las secuencias en las que, sin reparo, El Gran Quesote se pinta los labios de carmesí o mueve su abanico al mejor estilo Locomía). ¿Y qué decir de unos superhéroes llamados Speedy Cebiche, Diego Anchoas y Poly Esther, que trabajan en una pizzería y tienen que salvar al mundo de los disímiles e ineptos monstruos y robots que manda el malo de la historia? Solo un adjetivo: absolutamente desopilante.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: ni idea. Mientras tanto, E-Mule corazón.





La cabeza de Herman (Herman´s Head)
Estados Unidos, 1991-1994.
72 episodios, tres temporadas.

Herman Brooks quiere ser escritor pero, por el momento, tiene que trabajar como redactor en un magazine. Sin embargo, como a cualquier escritor maldito debe sucederle, sus demonios interiores se apoderan de él. Literalmente. Porque La cabeza de Herman era algo así como dos series en una (rasgo esquizofrénico). Por un lado, el Herman exterior. Por el otro, su yo interior en el que batallan los cuatro aspectos de su personalidad: la sensibilidad, el intelecto, la angustia y la lujuria. De más está decir que cuando se junta el intelecto y la lujuria se logran combinaciones increíbles. Los compañeros de Herman son la despampanante Angel (objeto de la lujuria), la feíta Louise (no objeto de la lujuria), el jefe Bracken y su amigo Jay Nichols (interpretado por Hank Azaria, ex de Helen Hunt), un escritor exitoso, playboy, ególatra y que fue huaripolero de la banda de su colegio. La serie fue transmitida en canal 5 un tiempo, por las noches, luego de Matrimonio con hijos en plena época del boom Bundy.

Posibilidades de volver a verla: muy pocas.
¿Y en DVD?: no se oye, padre.





Millennium (Millenium)
Estados Unidos, 1996-1999.
67 episodios, tres temporadas.


Millennium es lo mejor que le ha pasado a la televisión en los últimos años. Debido al éxito inesperado de The X-Files, la Fox pidió a Chris Carter que se hiciera cargo de otro proyecto televisivo. Así nació Millennium, la serie más perfecta e incomprendida de los últimos tiempos. Frank Black es un agente del FBI retirado que puede ver y sentir las emociones de los criminales (“es mi don, es mi maldición”). Él es reclutado por el grupo Millennium, un círculo de consultores en asuntos criminales que, conforme avanza la serie, se convierte en una secta misteriosa cuyo fin es acelerar el último enfrentamiento entre el bien y el mal ante la proximidad del milenio. A pesar de los altos índices de sintonía durante sus primeros capítulos, la sociedad conservadora gringa la condenó. No era para menos. Millennium no se congració con nadie. Violencia explícita y un trasfondo místico en el que la presencia de lo demoníaco se sentía detrás de nuestras espaldas. La música de Mark Snow y la presencia imponente de Lance Henrikssen como Frank Black eran más que suficiente para cortar la respiración. La primera temporada presentó al serial killer de la semana, cada cual más demente y carnicero que el anterior. La segunda temporada (para muchos la mejor lograda en términos artísticos y narrativos) ahondó en los misterios del grupo Millennium y tomó un aire místico. El final de la misma fue magistral. Pero, increíblemente, Fox decidió continuar con la serie por una temporada más. Como nadie se lo esperó, Millennium perdió su cualidad de serie de culto y se transformó en una típica serie policial que poco a poco remontó sin lograr los brillos anteriores. Después de tres años, Millennium se despidió con dignidad. Todos los capítulos de la serie han sido transmitidos por Frecuencia Latina, incluyendo el crossover de The X-Files en el que Frank Black, Mulder y Scully comparten roles protagónicos y ponen fin a la leyenda.

Posibilidades de volver a verla en la tele: regulares.
¿Y en DVD?: Fox ha editado las tres temporadas de Millennium en DVD, con imagen y audio extraordinarios, doblada y con subtítulos. ¿Se puede pedir más? The time is now!!!






El caminante (The Hitchhiker)
Estados Unidos, 1983-1991.
85 episodios, seis temporadas.

El caminante es una de esas series absolutamente extrañas, enigmáticas y surrealistas (o sea, como si te hubieras metido tres tronchos pasados) que de repente llegan a la pantalla chica sin hacer mucha alharaca pero causan un fuerte impacto en quien las vio de casualidad. El canal 9 transmitió esta serie que mostró a un individuo caminando por la carretera desierta con un maletín al hombro mientras pide un aventón a alguna buena alma. De pronto, el caminante (de ahí el título de la serie, ¿ves?) se dirigía a la cámara, soltaba un rollo sobre la oscuridad que se alberga en nosotros y daba paso a la historia de la semana: una trama en la que el horror humano era el principal protagonista en medio de imágenes que iban de lo truculento a lo experimental. Al parecer a la serie no le fue mal en los yunaites porque estuvo al aire por seis temporadas. En Canal 9 solo vimos las primeras dos.

Posibilidades de volver a verla en la tele: muy pocas.
¿Y en DVD?: se han editado las dos primeras temporadas, con subtítulos en español. Ojalá se editen las demás.




CLÁSICO DE CLÁSICOS

La serie rosa
(1986-1990)

Basta de hipocresías. Es muy posible que recuerden tan solo el 10% de todas las series que se han mencionado con anterioridad, pero aquellos que digan no acordarse de La serie rosa están cometiendo pecado de omisión y van a irse al Infierno. Puro softcore en las pacatas pantallas de nuestra televisión transmitida por canal 13 en el ¿inofensivo? horario de las 11.00 de la noche los domingos. Ingenuos. Al día siguiente, lunes, en el colegio, en plena efervescencia adolescente, el tema principal de conversación por las mañanas era... Bueno, era eso. Lejos del contenido erótico (algunos capítulos hubieran podido tener dos de las tres simbólicas X), La serie rosa era una sucesión de historias picarescas basadas aparentemente en clásicos desconocidos de la literatura universal (era para un público culto y sensible). Para hacer honor a la verdad, muchos capítulos eran historias de autores más que desconocidos, aunque de vez en cuando hubo alguna joyita escrita por un Guy de Maupassant con seudónimo. La serie era francoespañola y tuvo entre sus figurantes nada más y nada menos que a una jovencísima Penélope Cruz en su primera actuación, ligera de ropas y de modales. Chúpate esa, Tommy.

Porsibilidades de volver a verla en la tele: ya quisieras.
¿Y en DVD?: Ninguna, pero con un poco de paciencia se pueden obtener algunos capítulos del E-Mule.


Retrato escrito de Alberto Schommer

POR: JUAN CARLOS MARTÍNEZ

"Soy un clásico en la vanguardia"
Alberto Schommer

¿Se imaginan retratar a un obispo levitando o ver una fotografía en tercera dimensión? Pues bien, todas estas imágenes salen de las neuronas de Alberto Schommer, uno de los fotógrafos más geniales -entiéndase genialidad como locura- de fines del siglo XX.

La historia de Schommer empieza en 1928 cuando, saliendo del cuerpo de su madre, vio por primera vez la luz y supo que lo suyo era lo visual. Pero no es que le saliera así porque sí, sino que le vino de familia. Su padre era un conocido fotógrafo de retratos en Victoria (España), lugar donde nació. Así que, con el talento heredado, marchó a Alemania para estudiar este arte.

De regreso a España decide probarse en la pintura y el cine y dirige algunos cortometrajes. En esta época, el aún poco conocido Alberto Schommer se dedica también a tomar fotos que, en su conjunto, son una visión casi documentalista de su entorno (y bueno, así empezamos todos). Pero la historia cambia cuando a mediados de la década del 70 es invitado para fotografiar a un buen números de personajes. Es ahí donde nace su serie Retratos psicológicos que, como su nombre lo indica, es una serie de retratos vistos de forma distinta.

Pero la historia de cómo nacieron estas obras parte de la actitud rebelde de este señor (esa misma actitud rebelde que le nace a un niño que no quiere tomar su sopa). Resulta que su buen amigo Luis María Anson le propone hacer justamente una serie de retratos a mujeres bellas de la época, como se hacía en ese entonces, pero Schommer dice NO, y más bien le contrapropone retratar a personajes públicos de España. Es así que ante su lente posan curas, políticos, escritores, filósofos, cineastas, pintores, entre otros, y a todos los retrata sin ninguna solemnidad. Schommer sabe muy bien que su arma es su cámara fotográfica y ninguno de sus retratados son inmunes a él.

El éxito de los retratos psicológicos es impresionante. Y es que éstos tienen un valor político y un valor artístico. A nivel político debemos recordar que nos situamos a fines de la época del franquismo, y estos retratos significan una crítica dura a los líderes de este tiempo, los mismos que posan como modelos, con maquillajes, vestuarios, decorados y en actitudes insólitas. Schommer dice: "Me di cuenta de que tenía en mis manos un poder terrible... yo tenía que hacer algo que fuera una crítica para unos y algo críptico para otros". Pero, además, los retratos psicológicos son de por sí una obra de arte ya que Schommer logra juntar con genialidad sus tres amores artísticos: la pintura, el cine y la fotografía. Este estilo se vería luego en otras series como La iglesia española en Levitación o La erótica del flamenco.

De por sí, al ver estas fotos se nos da una clase maestra de cómo hacer buenos retratos y de cómo trasmitir mensajes subliminales en una foto. Pero ya hemos dicho que Schommer es un viejo caprichoso, así que al conseguir la fama con sus retratos decide nunca más hacerlo ya que, según él, lo estaban encasillando, y un artista (y es por eso que lo admiramos) no debe aferrarse a un estilo.

Cuenta la historia que un día retrataba a otro caprichoso: Antoni Tapiés. Él se rehusó a posar como se lo pidió Schommer, y se quedó sentado en el suelo con los botes de pintura. Schommer reveló el material y vio que ahí no había nada. Amargo y con sed de venganza arrugó un papel y lo puso debajo de la ampliadora, la prendió y dijo: "te vas a enterrar". Al dejar el papel sobre el revelador vio cómo se dibujaba poco a poco el rostro de Tapiés en el papel arrugado, manchado y rayado. A Schommer le gustó, hizo suya la técnica e inició la serie Cascografías, la que intenta darle una tercera dimensión a la fotografía. Estas cascografías son fotos de gran dimensión donde retrata seres humanos.

En el año 1998, Schommer se convirtió en el primer fotógrafo que ingresó a la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En su discurso se mandó un rollazo sobre la dejadez de algunos promotores culturales que no le dan el mismo rango a la fotografía que a las demás artes clásicas como la pintura y la escultura. Ese mismo año, sus fotografías iniciaron una gira por varios países que incluyó al Perú, donde se vio un resumen bastante apretado (fueron un poco más de 100 fotografías) de toda su obra, la misma que cumplía más de 40 años. Pero el afán innovador está en las venas del fotógrafo. Es por eso que no huye de las nuevas tecnologias y por eso ha empezado a investigar la tecnología digital. ¿Qué nos traerá ahora?

Illya Kuryaki sin Valderrama

POR: CÉSAR PITA DUEÑAS

Rubio y misterioso era el espía de la serie El agente de Cipol, de nombre casi impronunciable. Un día decidió juntarse con el pibe maravilloso de los pases perfectos y jugaron una pichanguita que duró 10 años. Uno puso el acento anglosajón; el otro echó cuerpo y meneó la peluca. Rockearon, rapearon y funkearon juntos hasta que llegó la separación. Dante Spinetta y Emmanuelle Horvillieur (los nombres terrenales de Illya Kuryaki and the Valderramas) se divorciaron. La repartición de bienes fue de lo más justa: Emmanuelle se quedó con la tele y Dante con la cómoda, "que es supergrossa".


NO WAY, PIBE

El apellido les pesó al principio de los tiempos, pues mientras ellos berreaban y gateaban juntos, sus viejos eran entes respetados en la Argentina. En 1988, Spinetta padre lanzó Téster de Violencia. En uno de los tracks, un bisoño coro de angelitos entonaba con furia: "El mono tremendo se viste, ¿con qué?: con piel de búfalo asado". Eran los primeros chillidos de Los Pechugo, primera banda del dúo.

Influenciados por las ondas raperas que inundaban el mercado a principios de los noventa (bodrios de la calaña de Vanilla Ice y MC Hammer y actos que después se convirtieron en culto como Beastie Boys), los púberes malandros decidieron formar un grupete usando el nombre de dos personajes, uno ficticio y otro real. El resultado: Illya Kuryaki and the Valderramas. Su primer disco, Fabrico cuero (1991), es una colección de siete temas que muestran un rap elemental: letras directas y contestatarias, sonido esquemático y primitivo, estribillos en constante repetición. Dante y Emmanuelle tenían 14 y 16 años respectivamente. En plena preadolescencia cantaron a los jubilados violentos, le dijeron a Juan que esa chica era suya y condenaron la corrupción gringa. Después cantarían en inglés.

Ese mismo año, el bigote García los invitó a su escenario y los hizo cantar un mix de Fabrico cuero y Rap del exilio. Empezaron las preguntas: ¿El talento se mide por el apellido? Horno para calentar los mares (1993), el segundo disco de IKV, despejó algunas dudas. En ese horno se cocinaba algo más que mares. Virgen de la riña, el mejor corte del disco, es una balada de líricas inspiradas y atmósferas spinettianas que mostró al grupo en escalonada madurez. El mismo año, el tío Charly los convocó para que participen en el megaproyecto titulado La hija de la lágrima. Se mandaron con James Brown, uno de los mejores surcos del disco. El mercurio lo tenían bajo la piel y estaba en plena ebullición.

LA MARCA DEL DRAGÓN

En 1995, América Latina bailó al compás del Abarajame. La testosterona rebalsó y los casi niños se convirtieron en preadultos y postadolescentes. Las letras punzantes, rayanas con un erotismo entre subliminal y conchudo, ponía los pelos y otras cosas en punta. Mientras una mano empuñaba el micro, la otra practicaba el toqueteo onanista. Al llegar a edad adulta, los IKV se presentaron ante la sociedad como machos gemelos andróginos. El rap cedió ante la sensualidad hip hop. En Chaco, tercer disco de la banda, se mezcla el hard rock salvaje (Remisero es un tema compuesto para asesinar abuelitas), el soul chongueril (Jaguar house), exquisitas baladas moqueantes (Hermoza from heaven) y bellezas inclasificables (Mitad del caballo violeta). ¿Pero hasta qué punto el tándem se encargaba de la onda creativa? La producción de Machi (ex socio de Spinetta padre en su mejor época, la de Invisible) y la participación de músicos como Claudio Cardone (teclados), Fernando Nalé (bajo), Fernando Samalea (batería) y Kasda (mezcla de Flautista de Hamelin y drag queen del New Helden), parecía confirmar que los nenes, a pesar de tener hormonas de sobra, no poseían neuronas suficientes. A pesar de ello, IKV dio rienda suelta a una imaginería surrealista mezcla de marcialadas (herencia de las artes marciales) y marcianadas (herencia de váyase a saber quién).

IKV no fue el primer grupo hip hop que cantó en español, pero sí el primero en reventar los charts. Cuando aparecieron combos como Control Machete y Molotov, los críticos más rabiosos (que son los conservadores de lo extremo), tacharon a los argentinos de afeminados, comerciales, asépticos, poco arriesgados, aggh puf y demás. Pero IKV no fue una banda de hip hop, a pesar de que flirtearon con el género, sino un sancochado ecléctico (esa palabreja) de referentes múltiples.

El unplugged fue inevitable. MTV abrió las piernas y el concierto fue editado en un disco llamado Ninja mental (1996). Lo más interesante de este plástico son los dos temas que grabaron en estudio, uno en compañía de Luis Alberto Spinetta. Anticipaban el cambio que vendría.

EN EL PRECIPICIO ROJO

Versus (1997) es la mejor placa de IKV. Conjunción armónica de agresividad, sexo, inspiración y poesía que demostró que la pajeada también puede ser mental. El primer corte, Expedición al Klama Hama, tiene un aliento épico que lo convierte en tema progre. La influencia de Prince es evidente pero no insoportable. El disco, de difícil audición, no obtuvo las palmas de una hinchada que prefería ser ciudadano del Chaco antes que heredero de los jugos del Klama Hama.

En 1999 se editó Leche, sexto disco de los Illya. Más sexual. Más explícito. Más bailable. Un paso en falso que les generó los favores del público. Coolo se convirtió en hit, pero sigue siendo una canción hasta el culo. ¿Pasaron los buenos tiempos?

En el año 2000 el anuncio se hizo público: Dante y Emmanuelle se separaron de buenas maneras para continuar proyectos solitarios. Lo hicieron con un disco llamado Kuryakistán, que contiene cuatro temas nuevos, remixes de algunas canciones conocidas y algunas reversiones. Pasaron 10 años y los jóvenes se convirtieron en adultos y tal vez en adúlteros. Emmanuelle tenía 26 años al momento del desbande: "Quiero cantar en un lugar tranquilo, que se genere un espacio para tocar con amigos y editar algo de manera independiente. Será cuestión de pasar el invierno mental. En mi estudio van a surgir cosas buenas y Dante seguro que va a pasar por ahí. Tocar me sirve de mucho; si no, salgo después y voy a querer matar a cualquiera por la calle". Dante tenía 24 años: "Éramos amigos antes de formar la banda y lo seguimos siendo ahora. En lo personal está todo bien entre nosotros. Hay que entender que la música es nuestra vida y cada tanto se debe cambiar para satisfacer las necesidades artísticas y espirituales. Y crecer, porque de eso se trata. No hay problemas, es mejor asumirlo que quedarse a dormir en los 14". Aprendan, Páez y Sabina.


RÓMPETE EL OJO

Fabrico cuero


Virgen de la riña


No way José


Abarajame


Jaguar house



Abismo



Remisero


Expedición al Klama Hama


Jugo



Coolo


Jennifer del estero

Nuestras películas favoritas del siglo XX

POR: CÉSAR PITA DUEÑAS y JUAN CARLOS MARTÍNEZ

A principios del año 2000, un conocido suplemento dominical publicó las 12 películas favoritos de 3 conocidos críticos de cine. Resultaron ser más poseros que nosotros. La típica: se quedaban en los años cincuenta, salvo por un par de títulos que son de los sesenta. Nosotros no sabíamos que el cine se había acabado en esa época. Películas rarísimas, directores de culto y un aire de intelectualidad insoportable.

Como también nosotros nos consideramos personas que vemos cine, hicimos nuestra selección de las mejores 12 películas del siglo XX. Pero de todo el siglo. Los críticos habrán visto muchas películas, definitivamente más que nosotros, pero creemos que para entender el cine hasta los noventa, uno debe ser de los noventa (y nosotros, con la base tres encima, somos de los noventa). En esta década surgieron nuevas estéticas y nuevas sensibilidades. Aquí también encontrarán directores de culto y películas rarísimas, pero creemos que es una lista más sincera.


M, de Fritz Lang
(M, 1931)
Con: Peter Lorre, Ellen Widmann, Inge Landgut, Otto Wernicke, Theodor Loos y Gustaf Grûndgens

"Yo sé cuidar mi cuerpo" en la versión del alemán Fritz Lang. Terror psicológico en su máxima expresión. Acá no hay monstruos ni sangre. Sólo la mirada perturbadora de un serial killer al que hay que tomárselo bien en serial. Ambientes expresionistas e iluminación contrastada contribuyen a que esta película incomode al espectador. No cabe duda que las mejores películas de terror son hechas en blanco y negro.





EL SÉPTIMO SELLO, de Ingmar Bergman
(Det sjunde inseglet, 1957)
Con: Gunnar Bjôrnstrand, Bengt Ekerot, Nils Poppe, Max Von Sydow, Bibi Andersson e Inga Gill

Sí señores, nos gusta Bergman, y está en la misma lista con los Zucker, con Lucas y demás. Y es que el cine de Bergman es completo: diseño de personajes, aspectos visuales... y demás. Entre todas sus películas escogimos ésta porque fue la que más nos impactó. A partir de una partida de ajedrez entre un mortal y la muerte se desarrolla una parábola acerca de la vida. Qué paradójico.




PSICOSIS, de Alfred Hitchcock
(Psycho, 1960)
Con: Anthony Perkins, Janet Leigh, Vera Miles, John Gavin, Martin Balsam y John McIntire

Inspirado en el caso de Edward Gein, famoso asesino en serie que aterrorizó los Estados Unidos, Robert Bloch escribió Psicosis, pero tuvo que llegar Hitchcock para que inmortalizara en imágenes la figura de Norman Bates, tan tranquilo y perverso. Verla ahora todavía genera escalofríos. Y si ese cuchillo que asoma por la ducha no te da miedo es porque hace rato que quemaste cerebro.





LA NARANJA MECÁNICA, de Stanley Kubrick
(A clockwork orange, 1971)
Con: Malcolm McDowell, Patrick Magee, Michael Bates, Warren Clarke, John Clive y Adrienne Corri

(Recuerdos. El Juanca: Fue la primera película para mayores de 18 que vi. Yo tenía 13. El Pita: A mí no me dejaron analizarla en la universidad. Decían que era el film que inauguraba la posmodernidad (?)). La historia de cómo Beethoven puede llegar a ser tan sórdido. Alex y compañía siembran el terror, violan tías, patean abuelitos y danzan bajo la lluvia. Todo lo que uno quiere hacer alguna vez en su vida. Un comienzo incómodo cuando Alex te mira fijamente sin parpadear.





EL EXORCISTA, de William Friedkin
(The exorcist, 1973)
Con: Jason Miller, Ellen Burstyn, Max Von Sydow, Lee J. Cobb, Kitty Winn, Jack MacGowran y Linda Blair.

La primera película gore comercial de la historia del cine y todo un film de culto. La imagen de Linda Blair girando su cabeza 180 grados (obra del maestro de efectos especiales Dick Smith) es tan terrorífica como ver al diablo mismo. Excelente guión y unas escenas asquerosas que son la delicia de los amantes del género. La descubrimos en la tele.





LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, de George Lucas
(Star wars, 1977, 1980, 1983)
Con: Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Peter Cushing, Alec Guiness, Anthony Daniels y Kevin Baker

Hablamos de la trilogía completa (ejem, los episodios IV, V y VI, vale aclarar). Entrañable. Lucas se consagró como el gran fabulador, capaz de crear un universo coherente basado en leyes antigas, reciclando los cuentos de caballeros con la ciencia ficción en un solo discurso que erigió a "La fuerza" como el credo perfecto. A pesar de su primitivismo, los efectos siguen siendo lo máximo. No pasa nada con la computadora.





¿Y DÓNDE ESTÁ EL PILOTO?, de Jerry Zucker, David Zucker y Jim Abrahams
(Airplane!, 1980)
Con: Robert Hays, Leslie Nielsen, Robert Stack, Lloyd Bridges, Peter Graves y Julie Hagerty.

El film que abrió las puertas de lo que llamamos comedia absurda, aquella que demuestra que lo ridículo es también motivo de risa y puede ser elevado a la categoría de arte. La delicia de lo ilógico y el mejor piloto automático del cine. El absurdo llevado a su más grande belleza. Leslie Nilsen y Lloyd Bridges se convirtieron en los divos del género. Esta película, así como "¿Y dónde está el policía?", son filmes que uno no se cansa de ver.





PARIS, TEXAS, de Wim Wenders
(Paris, Texas, 1984)
Con: Harry Dean Stanton, Sam Berry, Bernard Wicki, Dean Stockwell y Nastassja Kinski

Sólo una palabra para definir esta película: hermosa. Actuaciones sobrias, diálogos precisos y la mano maestra de Wenders, siempre contenida en las acciones pero pródiga en las imágenes de calibre poético y en la narración estilo road movie. Magistral el diálogo entre Nastassja Kinski, en el papel de una madre de familia que se dedica a espectáculos peep show, y su esposo, interpretado por Harry Dean Stanton. Uno de los mejores filmes europeos de la historia.




BRAZIL, de Terry Gillian
(Brazil, 1985)
Con: Jonathan Pryce, Robert De Niro, Katherine Helmond, Ian Holm, Bob Hoskins y Michael Palin.
Una alucinantada. Indescriptible. Fascinante. Esas son las mejores películas, aquellas de las que no encuentras palabras para decir cómo son. ¿De qué trata Brazil? De muchas cosas y de nada. De la locura y de la cordura. De la sociedad y del individuo. Una historia del futuro que utiliza elementos del pasado pero con temas del presente. Un film que no es comedia, ni thriller y menos un policial. Brazil es una mezcla rara de tiempos y géneros. Una fábula de las paranoias con una de las mejores direcciones artísticas de todos los tiempos y unas imágenes que no se obtienen ni con diez tronchos.






LA MOSCA, de David Cronenberg
(The fly, 1986)
Con: Jeff Goldblum, Geena Davis, John Getz, Joy Boushel, Leslie Carlson y George Chuvalo.
Cronenberg erigido en el profeta de la nueva carne. Definitivamente esta película demuestra que el cineasta canadiense no le hace asco a nada. Tampoco el doctor Zed Brundle, que es capaz de vomitar encima de su comida antes de engullirla. Mil veces mejor que su antecesora (La mosca de la cabeza blanca). Con muchos efectos gore y un maquillaje baboseante.






BETTY BLUE, de Jean Jacques Beineix
(37º2 le matin, 1986)
Con: Jean-Hughes Anglade, Béatrice Dalle, Gérard Darmon, Consuelo de Haviland y Clémentine Célarié.

Sórdida pero dulce. La historia de una relación de pareja que se va deteriorando hasta los bordes mismos de la locura. Música incidental más que propicia. Inolvidable la escena de la comunicación entre los pianos. También la escena cuando la chica se pinta la cara con lápiz labial rojo. Para ser francos, los desnudos también son inolvidable. Más los de ella que los de él.





CORAZÓN SALVAJE, de David Lynch
(Wild at heart, 1990)
Con: Nicolas Cage, Laura Dern, Willem Dafoe, J.E. Freeman, Crispin Glover y Diane Ladd.

¿Por qué será que William Dafoe siempre gusta de hacer personajes rarísimos? Esta película de Lynch es tan múltiple como todas las demás. Una combinación de perversión y erotismo. Difícil quedarse con uno solo de los personajes. Bobby Perú, sus dientes podridos y su cabeza que cae decapitada como si fuera un melón, es tal vez uno de los mejores personajes construidos para el cine. Cualquiera queda enamorado de Lula a pesar de su nariz y su delgadez extrema. Sailor y su pose maldita cuando canta Elvis. Demasiado.





Otras que se quedaron pero también son favoritas:
  • El Gabinete del Dr. Caligari, de Robert Wiene (Das cabinet des Dr. Caligari, 1920)
  • Simón del desierto, de Luis Buñuel (Simón del desierto, 1965)
  • Contacto en Francia, de William Friedkin (The french connection, 1971)
  • El Padrino (la trilogía), de Francis Ford Coppola (The godfather, 1972, 1974, 1990)
  • Nos habíamos amado tanto, de Ettore Scola (C'eravamo tanto amati, 1974)
  • Taxi Driver, de Martin Scorcese (Taxi driver, 1976)
  • Lluvia de verano, de Carlos Diegues (Chuvas de verâo, 1978)
  • Y la nave va, de Federico Fellini (E la nave va, 1983)
  • Amadeus, de Milos Forman (Amadeus, 1984)
  • Terciopelo azul, de David Lynch (Blue velvet, 1986)
  • Laberinto, de Jim Henson (Labyrinth, 1986)
  • Beetlejuice, de Tim Burton (Beetlejuice, 1988)
  • La sociedad de los poetas muertos, de Peter Weir (Dead poets society, 1989)
  • Baxter, de Jérôme Boivin (Baxter, 1989)
  • El silencio de los inocentes, de Jonathan Demme (The silence of the lambs, 1991)
  • Tu madre se ha comido a mi perro, de Peter Jackson (Braindead, 1992)
  • Perros del depósito, de Quentin Tarantino (Reservoir dogs, 1992)
  • Rojo, de Krsysztof Kieslowski (Trois couleurs: rouge, 1994)
  • Scream, de Wes Craven (Scream, 1996)